Desde que a mediados de Agosto saltara la noticia públicamente con los primeros afectados, la alerta sanitaria por Listeria Monocytogenes presente en productos elaborados por la empresa Magrudis, se ha convertido en un motivo de gran preocupación y en un tema presente en todos los medios de comunicación todas estas últimas semanas. Y cada día que pasa, con información nueva y sorprendente.

A día de hoy el balance es muy serio: 3 personas fallecidas, 7 abortos, más de 200 afectados (entre ellos casi una treintena de mujeres embarazadas), y un reguero de informaciones muy preocupantes, no sólo por la cantidad de consumidores afectados y la gravedad de la afección, también por la falta de transparencia de la empresa fabricante, ocultando información muy relevante a la Administración y entorpeciendo la investigación.

Como primera consecuencia, dos personas están en prisión de forma provisional desde el pasado 27 de Septiembre. Y por las noticias que van saliendo en los medios (como por ejemplo el artículo publicado en El País el pasado 9 de Octubre), la historia se está complicando notablemente, al destaparse un entramado de empresas alimentarias que se están investigando en la actualidad.

Esta alerta es un claro ejemplo de todo lo que no hay que hacer en una empresa alimentaria, en una concatenación de deficiencias, irregularidades y negligencias de consecuencias muy graves.

Lamentablemente, todavía seguirá dando que hablar bastante más tiempo, porque deben esclarecerse aún bastantes cosas, ver la evolución de los afectados (a día de hoy quedan todavía 6 personas ingresadas en hospitales andaluces), y depurar responsabilidades, que serán serias.

Debe recordarse incluso que el código penal recoge en uno de sus artículos, penas de cárcel para los delitos contra la salud pública, de hasta cuatro años, para productores, distribuidores o comerciantes que pongan en peligro la salud de los consumidores por fabricar o vender productos nocivos para la salud.

Respecto a Listeria Monocytogenes, es buen momento para recordar ciertos aspectos de su forma de actuar, crecer y protegerse, y (sobre todo) de esbozar unas medidas de prevención ante contaminaciones por esta bacteria.

Listeria monocytogenes es una bacteria que puede causar listeriosis en poblaciones de riesgo en caso de consumir alimentos contaminados. Las bacterias del género Listeria son anaerobias facultativas, que no son capaces de formar esporas. Es una bacteria ubicua, estando presente en el medio ambiente, más concretamente en ambientes húmedos, en el suelo, aguas, vegetación, etc, así como en el intestino de animales y personas sanas, que pueden actuar como portadoras.

Se suele encontrar también en salas de elaboración de alimentos, especialmente en sumideros, instalaciones elevadas, zonas de difícil acceso, etc. Y ocasionalmente, si no se controla perfectamente la desinfección de los mismos, puede aparecer en equipos y utensilios de trabajo, como ha sido el caso de la carne mechá, con el riesgo de recontaminación que ello puede suponer.

Es una bacteria patógena resistente a ambientes que no son muy favorables para otras bacterias, como por ejemplo ambientes con alto contenido en sal, ambientes ácidos y se caracteriza por su capacidad de sobrevivir y multiplicarse a temperaturas de refrigeración inferiores a 5ºC. Puede crecer cerca de los 0ºC en algunos alimentos y sobrevive a temperaturas de congelación.

Otra característica que hace que la resistencia de Listeria monocytogenes sea importante, es que es capaz de formar biofilms y así ser más resistente a los productos desinfectantes, a través de la creación de colonias de bacterias. Estos biofilms pueden constituir una fuente de contaminación en la industria alimentaria.

En cuanto a los requisitos legales, el Reglamento (CE) 2073/2005 de 15 de noviembre de 2005, relativo a los criterios microbiológicos aplicables a los productos alimenticios, establece límites legales para los productos listos para el consumo, ya que son alimentos que no van a ser tratados por calor y por tanto, no va a haber una etapa posterior que reduzca o elimine el riesgo de presencia de Listeria monocytogenes en el alimento.

Por último, queremos informaros que desde ADESA hemos organizado la 4ª edición del curso monográfico sobre Listeria Monocytogenes. Las tres primeras ediciones tuvieron una gran acogida, y para la presente edición hemos querido incluir contenidos nuevos. Con todo ello, la acción formativa que presentamos es muy completa, y os animamos a asistir.

El curso se impartirá por partida doble, tanto el día 22 de Octubre en Vitoria, como el día 23 en Alesón (la Rioja). Cada curso está compuesto de dos bloques distintos, de forma que las personas interesadas se pueden apuntar al curso completo o a ambos bloques por separado. Toda la información e inscripciones están disponibles pinchando en este enlace.

Esperamos veros!

Coincidiendo con el Día Nacional de la Seguridad Alimentaria, y también dentro de los actos de la Semana Europea de la Calidad, ADESA y ACTAE (Asociación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de Euskadi), organizaron de forma conjunta estas IV Jornadas de Seguridad Alimentaria, las cuales contaron también con el apoyo del Gobierno Vasco y de SEA Hostelería.

El aspecto que presentaba el salón de actos del Gobierno Vasco era inmejorable, con la mayor parte de sus 200 butacas ocupadas por profesionales del sector, y que provenían de la industria alimentaria, administración, empresas de consultoría y laboratorio, universidad y centros de formación, etc.

El evento comenzó con la correspondiente inaguración oficial. Por parte del Gobierno Vasco estuvieron presentes en la mesa Miren Dorronsoro (Directora de Salud Pública y Adicciones), Peli Manterola (Director de Calidad e Industrias Alimentarias), Carmen de Vega (Secretaria de la Asociación ACTAE), e Iván Cortázar (Socio Director de ADESA).

Tras ello, llegaba una de las ponencias más esperadas, a cargo de Pablo Sopeña (Integrity program y formador de auditores de IFS), que explicó la nueva versión del estandar técnico IFS v. 6.1, y sus nuevos requisitos. Un tema de especial interés para todas aquellas empresas con certificación IFS en vigor, que deben adaptar por tanto sus sistemas actuales a dicha versión.

A continuación, Alma Milvaques de la empresa valenciana de higiene industrial Betelgeux, trató otro de los temas de actualidad, como es el Campylobacter y las herramientas para su control, y los nuevos aspectos legislativos recogidos en el Reglamento UE 2017/1495.

Por parte de la organización, se apostó a continuación por tratar un tema que no es muy habitual en este tipo de reuniones técnicas, pero que también suscitaba un especial interés, como es la influencia del cambio climático sobre la nutrición y la seguridad alimentaria. Para ello se pudo contar con la organización internacional WWF, y en concreto con Alberto Fernández, que demostró ser un gran comunicador y realizó una amena presentación.

Tras él, se presentaba uno de los platos fuertes de la Jornada. La mesa redonda en la que se trataron las crisis alimentarias y su gestión, reunía a una gran representación del panorama de la seguridad alimentaria nacional.

Como participantes en la misma pudimos contar con Dolores Coll (Responsable de programas de Salud Pública de Gobierno Vasco), Xabier Pera (Responsable de Seguridad Alimentaria de AECOC, Asociación Española de Codificación Comercial), Cristina Díez (Presidenta de SESAL, Sociedad Española de Seguridad Alimentaria), Luis Gallego (Presidente de ACOFESAL, Asociación de Consultores y Formadores de España en Seguridad Alimentaria), y con Izaskun Agirrezabalaga (Directora Técnica de ADESA).

La mesa estuvo moderada por Amaia de Ariño, de Elika (Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria). Tras finalizar la mesa, sus conclusiones al respecto fueron las siguientes:

1. Las alertas alimentarias están bien definidas, existen redes y protocolos para su gestión, y generalmente se gestionan correctamente sin que esto trascienda a la opinion publica.
2. No existe una definición consensuada de lo que es una crisis alimentaria, y suelen ser generadas por múltiples factores, en muchas ocasiones más por el riesgo percibido por la ciudadanía que por el riesgo real.
3. Las crisis alimentarias generan desconfianza hacia el alimento implicado, lo que tiene consecuencias directas sobre los hábitos consumo de la población.
4. El escenario de las crisis alimentarias está cambiando, pasando los riesgos alimentarios a un segundo plano y cobrando mayor relevancia los temas relacionados con fraudes, nutrición y sostenibilidad.
5. El sector alimentario esta apostando por normas de referencia privadas que ayudan a garantizar la calidad y seguridad alimentaria y a elaborar planes para atenuar los fraudes.
6. Se hace necesario contar con información veraz y contrastada, con evidencias científicas y con pruebas analíticas que nos apoyen en la gestion y comunicacion de la crisis.
7. Se ha mejorado mucho en muchos aspectos relacionados con la gestión de crisis, en la coordinación, en la formación, en metodología y acreditación de laboratorios y la comunicación, pero aun queda mucho camino por recorrer en este último ámbito.
8. Debemos ser más proactivos y menos reactivos en la comunicación, y aprovechar los momentos de calma para construir la confianza de la ciudadanía hacia los alimentos.
9. Los mensajes dirigidos a la ciudadanía deben ser fáciles de entender, claros, concisos y con pocos tecnicismos. Es necesario traducir la información científica al lenguaje cotidiano.
10. Debemos adaptarnos al nuevo escenario de comunicación actual, de fácil acceso a la información, tanto activa (webs, blogs...) como pasiva (redes sociales).
11. Las redes sociales son una herramienta muy importante para sondear las preocupaciones de la población, para escuchar, para estar preparados para responder, pero debemos desmitificarlas. La referencia sigue siendo los medios digitales, que es donde debemos posicionarnos.
12. La gestión y la comunicación en momentos de crisis alimentaria es una responsabilidad compartida, desde la Administración y la Industria Alimentaria hasta los expertos científicos en Seguridad Alimentaria y los profesionales sanitarios. En la medida que se gestione y comunique la crisis de manera adecuada, el impacto de ésta será menor.

Por último, y para cerrar la jornada, Jon Ander Egaña, del Cluster de Alimentación de Euskadi, disertó sobre El Sector de la Alimentación de Euskadi, como territorio de retos y oportunidades.

Desde la organización queremos hacer llegar nuestro agradecimiento a todos los que han hecho posible que este evento se haga realidad. Tanto a ACTAE, Gobierno Vasco y SEA Hostelería, como a todos los ponentes y asistentes a la Jornada.

Las presentaciones de los 4 ponentes están ya colgadas en la web de ADESA (puedes acceder a ellas pinchando aqui). En ese mismo enlace hemos colgado un video resumen con imagenes diversas. También hemos abierto una carpeta compartida con algunas fotos generales de la sala, y que también es accesible pinchando en este enlace. Esperamos que todo este material sea de vuestro agrado.

Por nuesta parte, este tipo de eventos suponen siempre un reto y un  esfuerzo importante, pero confiamos en que son actos de interés general y tienen buena acogida, por lo que continuaremos con ello. Viendo vuestra respuesta y la asistencia de profesionales del sector llenando prácticamente el salón de actos, estamos seguro de ello!