Esta semana ha finalizado el plazo de la consulta pública del borrador de la versión 8 de IFS Food, lanzada por IFS a finales del mes de abril.
En este artículo desde ADESA nos gustaría resumir los aspectos más relevantes sobre los que está trabajando IFS en la nueva versión de norma, en lo que más puede afectar directamente a las empresas certificadas o en vías de certificación.
- Se define mejor la vigilancia ambiental dentro del apartado de muestreo. En las últimas auditorías a nuestros clientes les requerían especificar con mayor detalle el control ambiental definido en la organización, independientemente del sector al que pertenecían ni la actividad desarrollada. El requisito, desde nuestro punto de vista, no estaba lo suficientemente detallado por lo que seguro agradeceremos su aclaración.
- Se reestructuran distintos requisitos de la norma. Por ejemplo, se modifica el orden de los puntos relativos a los requisitos y acuerdos con los clientes y el apartado de Food Defence se integra dentro del capítulo 4.
- Descripción del producto: Se detallan los requisitos mínimos que se deben incluir, lo que hasta ahora era más una orientación.
- Objetivos: se detallan mejor los aspectos sobre los que, como mínimo, se deben establecer objetivos.
- Revisión del sistema de puntuación, especialmente en la puntuación B. La puntuación B vuelve a ser categorizada como una desviación y no un Punto de Atención, como se estableció en la versión 7. Por tanto, vuelve a considerarse una Conformidad casi total, valorada con 15 puntos. Los requisitos K.O. no se pueden valorar con una puntuación C o son B y no suma puntos.
- Se recomienda un mínimo de 3 meses de funcionamiento en el caso de nuevas empresas antes de proceder a la certificación. Este plazo ya lo utilizábamos hasta la fecha, pero no venía redactado en ningún documento.
- Se modifica la definición del Material de envasado primario, no incluyendo todos los elementos que componían la unidad de consumo, tal y como se incluyó en la versión 7. Esto repercute principalmente en la no necesidad de que la empresa garantice la trazabilidad también, por ejemplo, de las etiquetas y tintas de impresión, como se ha venido exigiendo con la última versión. Con esta nueva propuesta, la trazabilidad habría que garantizarla, a nivel de envase, al envase primario entendido como el envase que entra en contacto directo con el alimento.
Esta versión incluye numerosas modificaciones adicionales que no se detallan en este artículo, ya que en ocasiones pueden resultar modificaciones menores y/o poco significantes en cuanto a garantizar su cumplimiento.
No obstante, lo importante, desde nuestro punto de vista, es que parece que IFS ha reflexionado en la repercusión que algunos cambios realizados en la versión 7 ha tenido en las auditorías, en las empresas y los auditores y recula en algunos aspectos para la mejora de la norma y los sistemas de gestión de seguridad alimentaria.
Estaremos expectantes a la publicación de la nueva versión y las novedades confirmadas para seguir aprendiendo y avanzando en la seguridad de los alimentos y la mejora de las organizaciones.
De hecho, esta misma semana IFS en su perfil oficial de Linkedin ha publicado que el Comité Tecnico Internacional de IFS se va a reunir a finales de junio tras evaluar las 289 aportaciones que han recibido y debatir los resultados de los distintos grupos nacionales de trabajo de IFS.